Sueños reales.
Cuando volvió a abrir los ojos, se encontró en una habitación diferente. Las paredes y el techo estaban pintados de blanco y no había puertas ni ventanas. El ambiente era caluroso y denso. Unas gotas de sudor recorrían su frente y hacían un ruido hueco al chocar con el suelo. Solo una única cosa había en aquella habitación… un maniquí, un hombre sentado sobre un sillón hamaca, ubicado justo en el medio del lugar. Sus ojos era blancos y mal pintados, su boca era solo una línea recta sobre su rostro. Este se encontraba de espaldas a el. Por alguna extraña razón este le inspiraba temor. Aunque sabía que era un objeto sin vida, creía en la posibilidad de que este pudiera moverse, mirarlo con la expresión fría y sin alma de unos ojos gastados y mal hechos.
Contra su voluntad se acercó a el, moviéndose como si fuera manejado por unos hilos invisibles. Sus manos se posaron sobre el respaldo del sillón y ejercieron presión, balanceándolo hacia delante con un horrible y agudo chillido. Luego volvió hacia atrás, hacia delante…
Hacia atrás...
Y quedó inmóvil.
El cuerpo inerte comenzó a temblar despacio. Un grito nació en la garganta del chico cuando la rígida cabeza empezó a girar lentamente hacia él. De repente su mirada se detuvo en los ojos fríos e inexpresivos. Paralizado, no pudo mover ni un sólo músculo de su cuerpo. Sentía que la sangre le subía a la cabeza y el grito crecía y crecía en su garganta sin emitir ni un sonido. Al cabo de un instante, el maniquí volvió a su posición original. Nuevamente contra su voluntad, hamacó el sillón provocando el repetido movimiento, pero esta vez con más fuerza que antes. A punto de caer volvía hacia atrás,
Hacia delante…
Hacia atrás…
Hacia delante…
Y quedó inmóvil.
Un ruido ensordecedor se oyó una vez más y la cabeza giro hacia él, más lentamente.
Las miradas se encontraron y el chico sintió, en los ausentes ojos, el odio absoluto hacia su persona. Retrocedió, apoyó su espalda contra la pared y buscó una salida, una puerta, porque debería haber una allí, porque por algún lado entró a ese lugar. Al salir, echaría a correr muy rápido, y huiría, lo más lejos posible de donde se encontraba ahora… Pero entonces, sus manos se posaron sobre el respaldo del sillón. La fuerza fue tal que el maniquí calló del sillón al suelo mientras se oía como sus partes huecas y de plástico se entrechocaban produciendo escalofriantes ecos sobre las cuatro paredes de la habitación. La cabeza volvió a girar hacia el y los ojos, ahora rojos, lo miraban con mucho mas odio. La boca se había convertido en un semicírculo fingiendo una boca triste, sus brazos trataron de alcanzarlo pero el peso del sillón hacía más lentos sus movimientos.
Cuando la mano le tocó la cara, despertó.
Se encontraba en su cama, con la almohada empapada en lágrimas y sudor frío sobre su frente. Pensó que sólo había sido un sueño y comenzó a reírse y a sentirse aliviado. En ese momento escuchó pasos en la oscuridad que parecían rodear su cama. Pasos pesados y torpes en la madera. Creía que era la abuela, que se había equivocado de habitación otra vez mientras buscaba el baño. Pero sabía que no era ella. Los pasos se acercaban a él lentamente, pero no podía huir. En el último instante pensó que era otro sueño, entonces cerró los ojos y se dijo a sí mismo que todo pronto pasaría y que despertaría en su propia cama sano y salvo. Esta fue la última cosa que pensó mientras unas manos frías se posaban en su cuerpo y unos dedos torpes se enredaban en su cuello.
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Les doy la bienvenida de todo corazon a la pagina oficial de mi primera novela "Ojos de Rubi", un sueño cumplido y una esperanza de un futuro literario.
“Levantó la vista y vio, con los ojos anegados en lágrimas, la figura que yacía crucificada, las gotas de sangre que lentamente salpicaban el bello mármol blanco sobre el piso. Se preguntó una y otra vez por qué había terminado de aquella manera, pero lo único que le vino a la mente fueron los acontecimientos que desencadenaron aquella tragedia. Y mientras recordaba, su corazón se volvía negro como la noche.”
*Puede enterarse mas sobre la historia y la novela en los diferentes post del blog
*Si nos deja un comentario con su mail podemos enviar un capitulo para veer si es de su gusto
“Levantó la vista y vio, con los ojos anegados en lágrimas, la figura que yacía crucificada, las gotas de sangre que lentamente salpicaban el bello mármol blanco sobre el piso. Se preguntó una y otra vez por qué había terminado de aquella manera, pero lo único que le vino a la mente fueron los acontecimientos que desencadenaron aquella tragedia. Y mientras recordaba, su corazón se volvía negro como la noche.”
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